Las aldeas modelo de la Xunta hicieron posible que Galicia lidere un proyecto europeo para la creación de comunidades energéticas basadas en la biomasa
La iniciativa de las aldeas modelo, promovida por la Xunta en desarrollo de la Ley de recuperación de la tierra agraria de Galicia, favorece la captación de fondos europeos en el ámbito de la transición energética. Así, esta herramienta de recuperación propició que Galicia -a través de la Agencia Gallega de Desarrollo Rural- lidere el proyecto POCTEP Aldealix_Aldeas Modelo, que se integra en el instrumento Interreg y que supondrá la aportación de casi dos millones de euros del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
Su objetivo es promover la creación de comunidades energéticas basadas en biomasa en el territorio rural como una alternativa viable para producir energía de cercanías a partir del aprovechamiento de los recursos de los montes del entorno. En concreto, estas comunidades incluyen redes de calor con biomasa complementadas con energía fotovoltaica, en las aldeas modelo de los ayuntamientos de Cerdedo-Cotobade (Parada-Mouteira) y Monterrei (Infesta), para las que se destinará un presupuesto de alrededor de 700.000 euros.
Precisamente, el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade acogió hoy la jornada de lanzamiento de este proyecto europeo. En la suya clausura participaron la directora general de la Agencia Gallega de Desarrollo Rural, Inés Santé, y el director general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, José Balseiros, junto al alcalde de esta localidad pontevedresa, Jorge Cubela, y el regidor de Monterrei, José Luis Suárez.
Nuevas soluciones
En este foro, los representantes de la Xunta coincidieron en destacar que este proyecto aprovecha la iniciativa de las aldeas modelo, y la gobernanza social creada en este instrumento de recuperación de tierra agraria, con el fin de promover el desarrollo de nuevas soluciones que permitan mejorar la calidad de vida de la población en el rural, en este caso en el ámbito de la transición energética.
Para eso, propone el desarrollo de comunidades energéticas basadas en biomasa en las aldeas, con el objetivo de producir energía de cercanías a partir del aprovechamiento de la biomasa de los montes del entorno y que carece de salida comercial.
Así, el foco de estas comunidades será el abastecimiento de necesidades térmicas de viviendas y edificios públicos mediante la creación de pequeñas redes de calor, que se complementarán con la generación de energía eléctrica fotovoltaica. Se contribuye a la transición energética mediante lo fomento de las energías renovables al tiempo que se promueve el empleo local vinculado a la biomasa local forestal.
El proyecto tiene ámbito transfronterizo (Galicia-Norte de Portugal) y, además del liderado de la Agencia Gallega de Desarrollo Rural, cuenta como socios con la Agencia Gallega de la Industria Forestal -ambas adscritas a la Consellería de Medio Rural-, los ayuntamientos gallegos de Cerdedo-Cotobade y Monterrei, los municipios portugueses de Arcos de Valdevez y Villa Poca de Aguiar y la Comunidad Intermunicipal de Alto Támega, también del país luso.